domingo, 15 de mayo de 2011

Un empleo así


Manuel, quien era un respetado contratista de Maturín, se sentía sumamente preocupado. No era para menos. Su único hijo varón había terminado muy tarde el bachillerato y asomaba ya su decisión de no querer seguir estudiando. Sólo prometía quedarse en casa eternamente “hasta cuando pase el cansancio escolar”. “¡Ah!, ¿no quieres estudiar? Bueno yo vagos no mantengo, así que es hora de que te vayas a trabajar”, le dijo un día a su hijo.

Dada su trayectoria de influencias entre personeros de la política regional, Manuel decide recurrir a varios “amigos” para conseguirle un empleo a su hijo, mientras éste se animara a estudiar alguna carrera en la universidad.

-¡Aló, Betancourt!, ¿te acuerdas de mi hijo? Bueno ya terminó el bachillerato y por ahora no quiere estudiar nada. Te llamo a ver si me le consigues un puesto en cualquier dependencia, mientras él decida volver a estudiar. Te pido que sea lo más pronto posible, para evitar que siga vagando por la casa-, le pide Manuel a uno de sus contactos gubernamentales.

A los tres días llama Betancourt: "¡Manuel, ya está! Secretario privado del presidente del Instituto. Ganará tres mil 800 bolívares al mes, con cesta ticket y todos sus beneficios. ¡Creo que no estarían mal!, ¿te parece?”

-¡Es una locura!, él recién empieza y debe hacerlo desde abajo, por lo que con mucho dinero se hace peor.

Dos días más tarde vuelve a llamar Betancourt y le informa:
“Manuel, ya lo tengo. Le conseguí un cargo de asistente de un diputado. El sueldo es más modesto, casi tres mil bolívares al mes”.

-¡No, Betancourt!, No quiero que la vida se le haga tan fácil de entrada. Quiero que sienta la necesidad de estudiar, ¿me entiendes?

Una semana había transcurrido cuando Betancourt llama de nuevo a Manuel, quien da muestra de desespero al ver a su hijo todo el día durmiendo en su casa.
“Manuel, ahora sí: Asesor de Recursos Humanos en una empresa subsidiaria del gobierno. Claro que el sueldo es apenas dos mil 250 bolívares al mes”.

-Pero Betancourt, ¡por favor!, consíguele al muchacho algo más modesto. Pudiera ser mil al mes, cuanto mucho.

“¡No!, eso es imposible Manuel. Porque esos cargos son por concursos y piden un currículo con título universitario, preferiblemente con postgrado en el exterior, que sepa inglés, con conocimiento de word, excel, power-point y experiencia laboral comprobada. Mira, lo que me pides es muy difícil Manuel, porque empleos así… no se encuentran de manera fácil, mucho menos en el gobierno, donde además, los sindicatos están vigilantes.

Crónicas urbanas

Andrés Eloy Ravelo

Nota del autor: Los lugares, personajes y situaciones relatadas aquí, tienen un carácter hipotético. En ningún caso deben ser interpretadas, literalmente, como hechos de una realidad específica.